Fallecen los físicos teóricos Steven Weinberg y Miguel Ángel Virasoro
El pasado día 23 de julio fallecieron dos grandes figuras de la física teórica del siglo XX: el estadounidense Steven Weinberg y el argentino Miguel Ángel Virasoro, ambos con edades por encima de los 80 años.
Weinberg contribuyó decisivamente durante las décadas de 1960 y 1970 a nuestro conocimiento de la física de partículas. En 1967 propuso un modelo de unificación de las interacciones débiles y electromagnéticas que incorporaba dos elementos que hasta entonces sólo habían sido propuesto por separado: una simetría gauge SU(2)×U(1) y la ruptura espontánea de esta simetría a través de un campo escalar. Este modelo es esencialmente idéntico al que incorpora hoy en día el Modelo Estándar de la física de partículas. Por su participación en el desarrollo de estas ideas y el establecimiento de que las interacciones débiles y electromagnéticas están conectadas le fue concedido el Premio Nobel de Física en el año 1979, junto con Abdus Salam y Sheldon Glashow. En años posteriores hizo también numerosas contribuciones en supersimetría, teoría quiral de perturbaciones y cosmología. Participó en la sociedad civil a través de sus obras de divulgación y su posicionamiento público en contra del uso de armas y en favor del ateísmo. Sus libros más conocidos son posiblemente Los Tres Primeros Minutos del Universo (1993) y los tres volúmenes de su Teoría Cuántica de Campos (2000).
Miguel Ángel Virasoro dedicó su carrera a la física matemática, y en las décadas de 1960 y 1970 contribuyó a establecer los fundamentos de la teoría de cuerdas. Durante los primeros estadios de estas teorías, cuando interesaban fundamentalmente como modelos de las interacciones fuertes, investigó la relación entre la descripción en términos de cuerdas y en términos de campos. Mientras trataba de identificar los grados de libertad espúreos de ciertos modelos de cuerdas encontró los operadores del álgebra que hoy lleva su nombre, el álgebra de Virasoro, que después resultó describir las simetrías de la hoja de mundo de una cuerda. En la década de 1980 también contribuyó decisivamente a la teoría de vidrios de espín, una fase de ciertos materiales magnéticos en la que los espines individuales están "congelados" en un estado desordenado más energético que el fundamental, pero no pueden volver a éste porque sería necesaria una reordenación de todo el material. En el año 2020 Virasoro recibió la Medalla Dirac por sus contribuciones a los fundamentos matemáticos de la teoría de cuerdas.